ROBERT WYATT
MAESTRO DE MAESTROS
e nos va. Es una pena pero se nos va. Robert Wyatt
(Bristol, 1945 ) ya no reconoce a la gente que le cuida y es
incapaz de mantener una conversación. A ver si consigo mantener su atención cinco minutos. Este hombre con otros majaretas fue el creador de lo se dio en llamar Canterbury Sound, un disparate colorido, mezcla de jazz pop y folk con otras piezas como Kevin Ayers o Daevid Allen para que los encerraran a todos. Pero eran buenos, créame у su música también.
Se montó en una locura sonora con los mencionados que se llamó Soft Machine y maravilló a parte de la raza humana, preferentemente sajona. El nombre del grupo debía traducirse por «Máquina blanda» y ésta no era otra cosa que el cuerpo humano.
Wyatt tocaba (y muy bien) la batería. Se apañaba con los teclados y cantaba. Esa voz mezcla de niño enfadado y abuelete bonachón. La vida misma reunida en sus vibratos. Distinto pero molón. А los 28 vio que sus Soft Machine ya no estaban por la labor y lo echaron del grupo. Tras una ingesta descomunal del alcohol en una fiesta de músicos de la época se tiró por la ventana. Cuatro pisos. Espalda rota. Parálisis permanente de sus piernas. Pero salió vivo, no es poco.
Robert Wyatt tiene en su haber uno de los discos más estremecedores de la historia de la música. Se llama 'Rock Bottom' (1974) y la mayor parte de su material se compuso o arregló en su silla de ruedas con la ayuda de Alfie, su compañera eterna.
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El disco que ahora se reedita en diferentes formatos es de una belleza estremecedora. Una joya. Cuidadito que aquí hay poca broma. Como Wyatt narra su proceso de recuperación y superación estremece. Esa voz de niño/abuelo doliente que no se queja, que asume que su dolor será eterno y se burla de sí mismo comparándose con Caperucita Roja en el disco o usando de coro la maquina de la respiración 'Alibi') o esa música tremebunda que anticipa en mucho la escena de la misa masónica de 'Eyes wide shout' del maestro Kubrick en su epílogo. Lo dicho, una barbaridad.
El maestro ha editado 15 discos más, recomendables todos. Dese el gusto de escuchar 'Dondestan' o 'Nothing can stop us' con su versión de 'Guantanamera' (aquí 'Caimanera') bella hasta la lágrima. Pero, en fin, Robert Wyatt se nos va. La Soft Machine , la máquina blanda, su cuerpo, no resiste más. Su música nunca fue fàcil pero aproveche y acérquese a este fenómeno de la naturaleza. Es oírlo para creerlo. Una voz y composición de otro mundo.
Juanjo Blasco 'Panama'